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Dr. Esteban Laureano Maradona
06/07/2015 / Ambito Cultural

Dr. Esteban Laureano Maradona

PLOGNAC (el doctor Dios)


PLOGNAC (el doctor Dios)

Año1935, Paraje Guaycurú (hoy, Estanislao del Campo, en Formosa). Un tren que viajaba a Salta, se detuvo unas horas en la estación. Desde el andén, se escucharon unos gritos que preguntaban: “ Por favor, hay un médico? Una mujer tiene un parto dificultoso. Se está muriendo.”

Bajó un médico, que atendió a Mercedes, joven mamá de 16 años, quedándose a su lado hasta que ella y su hija no lo necesitaron. (Mercedes con el tiempo llegó a ser abuela).

El tren partió antes; se fue sin él. Y en ese paraje con pocas casas y una estación de tren, este médico, de físico pequeño y delgado, vivió 51 años, siendo en todo ese tiempo médico de pobres, de tribus indígenas tobas y pilagás y de todo aquel que lo necesitaran transformándose además en filántropo.

El fue el Doctor Esteban Laureano Maradona.

Nació el 4 de Julio de 1895. En la adolescencia se trasladó a vivir a la Capital Federal. A fines de 1929 se graduó como médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Participó activamente con su sana rebeldía en las discusiones de las distintas ideas políticas que transcurrían en el país en ese tiempo, en su paso por los claustros académicos.

En 1930 se opuso al golpe de Estado contra el Presidente Hipólito Yrigoyen y el país, defendiendo al gobierno constitucional y a la democracia a través de conferencia y actos políticos, que lo llevaron a ser un perseguido político por el gobierno de facto. Emigró entonces, en 1932, al Paraguay, que se encontraba en disputa con Bolivia, en la Guerra del Chaco.

Fue aceptado al inicio como camillero, terminando luego como Director del Hospital Naval. Atendía enfermos y heridos de los dos países. Sus palabras eran “el dolor no tiene fronteras”. En 1935 llegó la paz, en la que intervino Carlos Saavedra Lamas, el primer argentino que logró un Premio Nobel.

En tierra guaraní. Se enamoró de Aurora  Ebalí, la única novia de su vida, nacida en Paraguay. Al poco tiempo ella muere de fiebre tifoidea. Esta muerte, recordada por él con eterno dolor hizo que nunca más anhelara otro amor. Y así fue.

Año 1935. Vuelve a su país. Volvía para estar cerca de su madre. El andén del Paraje Guaycurú cambió su vida y la de muchos. Dios llama a gritos a los buenos.

En los 51 años que permaneció allí, hizo de su profesión un apostolado. Trató de curar a todos los que llegaban a verlo, sin retribución alguna. Vivió en una humilde casa, con un catre y algunas pocas pertenencias,  casi era una tapera. Atendía a población indígena, tobas, pilagás y a todo pobre que llegaba a él, tratando de evitar ese exterminio llamado abandona que realizaban los gobiernos de turno.

Fue un filántropo, que no solamente ayudó a resolver los aspectos de la salud, sino también se involucró en las múltiples necesidades que tenían estas personas que tanto quería. Consiguió del Gobierno tierras fiscales y fundó con los aborígenes una “Colonia Aborigen”. Construyó su escuela y fue maestro.

Era además amante de las ciencias naturales, investigaba sobra la flora y fauna del lugar. Escribió innumerables libros, algunos aún inéditos. El primero fue en 1937, “A través de la selva”, descripción inigualable de la vida aborigen. Es un clásico. El Colegio Nacional de Buenos Aires se surtió de especies para su museo por manos de este médico rural. Sus conferencias dadas en distintos centros científicos fueron editadas por la Universidad de Kentuchy.

En 1977, el gobierno de Formosa le otorgó una pensión mensual vitalicia, la cual fue declinada, destinándola a la beca “Doctor Esteban Laureano Maradona” para estudiantes que aspiraban a ser médicos rurales.

En 1980 fue distinguido con el Premio al “Médico Rural Iberoamericano”.

El Congreso de la Nación Argentina en el año 2001 instituyó por ley el 4 de julio como Día Nacional del Médico Rural, en conmemoración de su natalicio.

Fue objeto además de muchos homenajes: “Miembro de la Sociedad de Médicos Escritores, con sede en Paris; “Premio Estrella de Medicina para la paz”, de las Naciones Unidas; “Premio Florian Paucke”, de la Provincia de Santa Fe; “Doctor Honoris Causa” de la Universidad de Rosario. Fue propuesto también en dos oportunidades para el “Premio Nobel de la Paz”. Su nombre se encuentra además en calles, escuelas y bibliotecas de todo el país que lo recuerdan.

Pero más allá de estos honores, es conmovedora la forma en que los aborígenes lo llamaban al médico que siempre estuvo al lado de ellos, mitigando siempre sus dolores: PLOGNAC, el doctor Dios.

En 1986, cuando ya llegaba a los 91 años, se sintió viejo y enfermo, y se dio cuenta que le quedaba poco tiempo de vida. Se despidió de los suyos, tomó un colectivo hacia Formosa, para viajar luego a Santa Fe, donde en Rosario tenía sus familiares. Pero al decir de él, “a uno nunca les salen las cosas le salen como las piensa”. No lo dejaron ir, lo acompañaron, y cuando lo llevaban, pidió que no lo internaran en una institución privada, si no que lo hagan en el hospital público“,  a donde va la gente pobre”. Se internó en el Hospital Provincial de Rosario”.

Pasó sus últimos años rodeado de su familia, que le prodigaron todo su cariño y amor.

Dijo: “mi gran orgullo sería que algún día en mi patria no haya una patita de niño que pise la tierra, que no haya un niño que no sepa leer y escribir, que no haya niños sin atención sanitaria…., es un sueño, pero me gusta seguir soñando con una Argentina sin niños tristes y pobres.”

Murió el 14 de enero de 1995.

Había nacido en la ciudad de Esperanza (Santa Fe), en la calle Moreno al 3100.-

 

Distinciones y homenajes

·       Orden Nacional del Mérito con el grado de Gran oficial del ejército Paraguayo, por su colaboración voluntaria durante la Guerra Paraguayo-Boliviana (1941)

·       Diploma Honorífica, Otorgado por el Centro Cultural Paraguayo por su desinteresada labor en la gruerra del Chaco Boreal. (1953)

·       Premio al Médico Rural Iberoamericano, otorgado por representantes de organismos oficiales, entidades médicas y laboratorios medicinales. (1950)

·       Miembro honorífico de la Sociedad de Médicos Escritores, con sede en Paris. (1977)

·       Premio Florian Paucke de la provincia de Santa Fe.

·       Premio Estrella de Medicina para la Paz de las Naciones Unidas. (1987)

·       Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario.

·       En 1988 y 1993 fue propuesto al Premio Nobel de la Paz.

·       Nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Rosario.

·       Medalla, diploma de honor y placa recordatoria otorgada por el Senado de la Nación Argentina. (1994)

·       Pensión vitalicia otorgada por el Congreso de la Nación Argentina (Ley 24.387) (1994)

·       El Correo Argentino emitió en su homenaje un sello con su retrato con la leyenda “Médico abnegado y generoso”. (1996)

·       Varias calles, escuelas y plazoletas en Formosa, Rosario y en su ciudad natal, Esperanza, llevan su nombre.

·       La humilde casa en la que vivió en Estanislao del Campo fue declarada monumento histórico por el gobierno de Formosa.

·       El Congreso de la Nación Argentina sancionó la ley 25.448, instituyendo el 4 de julio como Día Nacional del Médico Rural, conmemorando el natalicio del doctor Esteban Laureano Maradona. (2001)